Razones para contratar a un arquitecto
Considerar la contratación de un arquitecto como un costo adicional al proyecto es uno de los errores más comunes en nuestra sociedad. Aunque puede parecer que no contratar a un arquitecto supone un ahorro inicial, las consecuencias de un mal diseño pueden repercutir en gastos imprevistos, retrasos en la ejecución de la obra y una mayor pérdida económica a mediano y largo plazo, teniendo en cuenta que un proyecto tiene una vida útil de varias décadas.
1. Formación y experiencia:
Un arquitecto es un profesional que posee los conocimientos necesarios para diseñar, proyectar, gestionar, coordinar y dirigir diversos proyectos de edificación, como viviendas, edificios y urbanizaciones. Gracias a su formación y experiencia, desempeña un papel multifuncional en las diferentes áreas implicadas en el proceso de diseño y construcción de una obra.
- Calidad de diseño arquitectónico:
El diseño arquitectónico es la base de todo proyecto de construcción y abarca múltiples aspectos y estándares. El arquitecto se preocupa por alcanzar la máxima calidad en el diseño para generar un producto integral. Algunos de los aspectos clave incluyen:
Aspecto espacial y funcional: Un buen proyecto se basa en las cualidades espaciales y funcionales que se pueden ofrecer al cliente. El arquitecto tiene la capacidad de distribuir de manera integral el programa arquitectónico de un proyecto y optimizar al máximo el espacio disponible, resolviendo al mismo tiempo las necesidades del usuario.
Aspecto económico: El arquitecto cuenta con las herramientas necesarias para diseñar un proyecto con viabilidad económica, sin que esto signifique deficiencias en la obra. Un proyecto bien concebido puede construirse de manera económica sin comprometer la calidad.
Aspecto estético: Además de cumplir con las necesidades funcionales, el arquitecto se preocupa por generar espacios armoniosos y de valor estético. Tiene criterios compositivos sobre la luz, la espacialidad, los volúmenes, las texturas y los colores, y los aplica en los proyectos para generar sensaciones positivas y de confort.
Aspecto constructivo: Con una amplia base de datos sobre materiales, acabados y conocimiento del mercado de la construcción, contratistas y proveedores, el arquitecto puede ofrecer múltiples alternativas a sus clientes en función de factores como el presupuesto, la funcionalidad, la estética, la tecnología y la calidad.
Aspecto bioclimático: Con el fin de mejorar las condiciones de habitabilidad y confort, el arquitecto adoptará soluciones bioclimáticas según el entorno. Estas soluciones también contribuyen al cuidado ambiental al reducir el consumo energético, lo que a su vez se traduce en ahorro económico a largo plazo, ya que los costos de mantenimiento se reducen al mínimo. Teniendo en cuenta la vida útil de una edificación, un proyecto diseñado desde el punto de vista bioclimático será más viable y requerirá menos costos de mantenimiento.
Aspecto legal: El arquitecto está obligado a cumplir con las normativas vigentes y los requisitos de seguridad para cada tipo de proyecto. Priorizando esto y los requerimientos del cliente, generará soluciones arquitectónicas adecuadas para la obra en cuestión.
Aspecto de exclusividad: El arquitecto analiza las necesidades del usuario y explora todas las alternativas antes de llegar a la solución arquitectónica más adecuada. Por la naturaleza del encargo, el diseño también será exclusivo y único, ya que cada proyecto contempla diferentes necesidades y requerimientos.

3. Asesoramiento y diseño consensuado:
Quien planea construir un proyecto necesita participar activamente en el proceso de desarrollo de la obra, ya que es el cliente quien mejor conoce las necesidades de su proyecto. El papel del arquitecto consiste en interpretar las ideas del cliente y conceptualizarlas en una forma construible, además de asesorar en cualquier duda que pueda surgir a lo largo del proceso.
El arquitecto se apoya en diferentes herramientas, como bocetos, planos técnicos y representaciones en 3D, para mostrar al cliente una versión realista de cómo lucirán los espacios interiores y exteriores, permitiendo así que el diseño sea consensuado. Esta retroalimentación permite realizar los ajustes necesarios antes de la construcción.
- Planificación de etapas:
El arquitecto está capacitado para planificar y programar el desarrollo de una obra en todas sus etapas, desde el diseño hasta los trámites y la construcción. Saber administrar el presupuesto y la mano de obra, conocer los costos y distribuirlos entre las diferentes partidas son acciones clave para optimizar la realización de la obra y evitar pérdidas económicas y de calidad, gastos imprevistos, retrasos, desviaciones de presupuesto o incluso la paralización de la obra, factores que a menudo han arruinado varios proyectos e inversiones.
- Gestiones y trámites:
El arquitecto conoce los trámites municipales y la gestión administrativa de cada obra, lo que permite agilizar los procedimientos y gestiones relacionados con las licencias, los seguros, las normativas, etc. Al encargarse el arquitecto de estas gestiones y permisos, se garantiza que cada etapa cumpla con la ley. Es conveniente que estas gestiones sean realizadas por el técnico, para que el proceso se agilice y el proyecto culmine con éxito en el menor tiempo posible.
